a buscar un camino nuevo.
Aspiro el asfalto mojado
que alimenta una ruta fría.
Emprendo vuelo.
Viajo hacia mi interior,
partituras revueltas puntean mi realidad.
Sinfónica vacía aturde la oscuridad
en la que estoy superfluo.
Convivo con lúgubres noches
en sonrisas bobas de estupidez.
Pequeñas fauces con caras
cambian tejas invaluables.
Cubren ojos sucios, mientras.
Dientes revientan.
Cerca de estrellarme
con un pasaje de muerte,
solo, cuento.
Otra nube más de algodón
que la sangre succionó.
Engendros me rozan,
figuras pragmáticas son.
Salidas de un revuelto resplandor
advertidas por la estela
de un tejido necroso.
Duermen tranquilos,
en campos de muertes.
Confiando sus farsas a los hambrientos.
Destruyendo un insierto de vida.
Despierto.
Dedos incrustados en mis pupilas.
Vuelvo del viaje
en la inmensidad de un asiento.
David Akerman.
1 comentario:
no le encuentro mucho significado, me suenaa re tenebroso, no me gustó. me parece que te querés hacer el rebuscado
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