lunes, 12 de noviembre de 2007

Ir a las urnas

Con motivo de tratar las pasadas elecciones, me pareció pertinente abarcar el dereho del sufragio en general, y no solo del ejercicio del pasado domingo.El concepto de sufragio universal, -el que conocemos todos- es aquel en que tienen derecho a participar todos los ciudadanos menores de edad para manifestar su voluntad, hablando políticamente claro, votando. El sufragio, o derecho al voto siempre ha suscitado controversias, como sistema de elección de los cargos públicos estaría garantizando la libertad y la democracia. Si bien al crecimiento demográfico del siglo XVIII sobre todo en Europa y la industrialización del siglo XIX fijaron las ideas igualitarias, el sugfragio no fué hasta el siglo XX potestad de todos los ciudadanos.

Teniendo en cuenta que a partir del siglo XX la mujer, y por tanto última componente social que faltaba agregar al conjunto de votantes fue aceptada, podemos decir que el sufragio universal fue popularizado en todo el mundo. La adopción de esta última actualizació, aún hasta hoy, no ha garantizado la efectividad y el correcto uso, porque olvidan que no todo se trata de remitirse a poner una boleta en un sobre cada cuatro años. Para emitir el voto debemos conocer, estar al tanto, saber de las propuestas, y de estar en desacuerdo con la mayoría, trabajar y militar activamente para promover la necesidad que crea que no es tenida en cuenta.
Sí, se ve difícil la idea, los tiempos no dan para que un ciudadano promedio pueda realizar lo necesario para influír políticamente, no es como en la antigüedad donde se discutía a diario por el bien común, rescatando positivamente para nuestro período, que en la actualidad el derecho lo tenemos todos. La desiguald social acarrea también consecuencias dentro del campo de las elecciones, la falta de recursos y la lejana proximidad de las mesas electorales hacen que muchas personas se influencien de la ayuda de un sector de los políticos que canjean votos por palabras y promesas. El fraude es un recurso -por así decirlo- conocido en nuestro país y de recorrido histórico, esto no quita tampoco, ni excusa las manifestaciones de las personas. Si la gente no es honesta, no puede elegir gobernantes honestos.

A las personas no les cuesta hacer huelgas y hacer valer sus derechos, lo que en ocasiones me parece correcto manifestar, pero tampoco se encargan siempre de sus deberes. Tales son los casos que se vieron de personas que faltaron en las mesas electorales. Los comentarios de la gente, previo al día de elecciones, se remitían a aconsejar no prensentarse temprano a votar para que no lo retengan como presidente de mesa.

Recordando lo que hablaba más arriba respecto al fraude, ya no se apunta a las personas con un proyectil, pero se impide que elijan a quienes desean o fastidian la emisión del voto, como por ejemplo la inexistencia de boletas de diversos partidos. Algunos denunciaron esa falta y demandaron la reposición, otros sin ganas de perder tiempo, y con sus razones tal vez, optaron por lo que quedaba. Triste y deprimente que al manejo de las elecciones sea al azar, eso demuestra falta de compromiso. No se trata de augurio sino de las consecuencias debidas a procesos que se van dictando. Esperaremos que las conciencias esten más latentes que nunca y que no se trate de elegir figuras de la política sino de repesentantes que se asemejen a la realidad diaria de todos los ciudadanos.

Selene Avalle

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